domingo, febrero 10, 2008

Avanzamos... Batman: The dark knight

El Caballero Oscuro volverá a las calles de Gotham City el próximo verano. Tiene dos retos pendientes: acabar con Joker y medirse en la taquilla frente a Iron Man y Hulk, otros héroes de cómic.

Siempre han soltado con cuentagotas las pinceladas acerca de cada nueva entrega y la promoción de ésta, la sexta, irá por el mismo camino, aunque con un plus de morbo garantizado: si ya todos apuntaban que el fallecido Heath Ledger había dotado de un cariz distinto al personaje que inmortalizó Jack Nicholson, la repentina muerte del australiano otorga un mayor halo de interés a este esperadísimo estreno.

La nueva era del hombre-murciélago se materializó en 2005 con Batman begins, el deseo de Warner por resucitar en el cine a un personaje que, bien entrados en los años noventa, estaba de capa caída: ni Val Kilmer ni George Clooney, ambos a las órdenes de Joel Schumacher, pudieron remontar el vuelo del personaje que cayó en manos de un desconocido Michael Keaton en 1989.

Puede que Christopher Nolan cuente con el honor de ser el único cineasta que sobrevive a Batman, aunque eso lo sabremos justo después de la llegada a las salas de las nuevas aventuras del personaje creado por Bob Kane. Por ahora, el director de Memento, Insomnia y El prestigio. El truco final ha conseguido emular a sus predecesores en el cargo, Tim Burton y Joel Schumacher. El enfoque que aporta a la serie es diferente, ya que su anterior propuesta fue concebida como el inicio de una pre-saga.

Del argumento de esta nueva película nada se sabe, más allá de que aparece el enigmático Joker. De lo que sí estamos seguros es de que Christian Bale volverá a enfundarse con el traje negro pero no será el único que repita a las órdenes de Nolan: Michael Caine como el fiel mayordomo Alfred, Gary Oldman en la piel del teniente de policía James Gordon, Morgan Freeman demostrando sus dotes como científico... También está en el reparto Cillian Murphy (también visto en la anterior), Aarón Eckhart y... ¿Katie Holmes? No. La señora de Cruise le ha cedido el puesto a Maggie Gyllenhaal, que se incorpora como chica-murciélago (ya lo fueron Kim Bassinger, Nicole Kidman y Elle Macpherson).

Batman: The Dark Knight nos legará una de las interpretaciones póstumas de Ledger (falta por ver también su trabajo en I´m not there, atípica cinta sobre Bob Dylan). El actor, que nos dijo adiós a comienzos de 2008 con tan sólo 28 años, engrosa la lista de los que fallecen muy jóvenes, como River Phoenix y Brad Renfro, y también la de intérpretes que estrenan tras su muerte, caso de James Dean (Gigante) y Brandon Lee (El cuervo). La leyenda negra se apoderado así del estreno de la nueva de Batman, uno de los personajes con más empaque del cómic y el cine, un héroe sin superpoderes que regresa con un presupuesto de 150 millones de dólares... Casi nada.

Texto escrito por Daniel Galindo y publicado en LaNetro.com.

Crónica de unos Goya diferentes

Y sorprendentes, lógicos, esperanzadores... Calificativos que describen los XXII Premios Anuales de Cinematografía, que encumbraron a La soledad y reconocieron la valía de títulos que en su estreno pasaron desapercibidos.

Pastel hubo para todos, para los equipos de El orfanato, Bajo las estrellas, Las 13 rosas, Siete mesas (de billar francés) y La soledad, una cinta de la que sólo han disfrutado hasta el momento 40.000 espectadores. Resultó curioso que se polarizasen los galardones más esperados entre la propuesta menos vista –pero no por ello menos interesante- y el éxito del cine español, la ópera prima que le ha valido a Juan Antonio Bayona el Goya a la mejor dirección novel y a Sergio G. Sánchez el reconocimiento por escribir el mejor guión original y eso que, como apuntó a la hora de subir al escenario, "era una copia mala de Los otros".

Fue uno de los últimos en conocer sus premios, al mejor director y la mejor película, pero el realizador y guionista Jaime Rosales fue el más perseguido. El que debutó con Las horas del día destacó que era importante la decisión de los académicos porque "sacaba a la luz un cine al que hay que tener en cuenta". Ahora sólo falta, en palabras de Rosales, "ver qué pasa en los próximos años con todo el talento desaprovechado en este país y si los productores y los exhibidores se nutren de este ímpetu cinematográfico", que caracteriza a otros como José Luis Guerín, Marc Recha e Isaki Lacuesta.

Sorpresa para algunos, premios merecidos para todos, los galardones que recayeron en La soledad no se olvidaron de José Luis Torrijos, mejor actor revelación y único intérprete de la película con opciones a premio, aunque en la ceremonia estuvo arropado por sus compañeros Petra Martínez, Juan Margallo y Nuria Mencía, a los que podemos ver en acción gracias a la edición en DVD de la película.

Otra de las pequeñas joyas de 2007 fue Bajo las estrellas, la adaptación de El trompetista del Utopía, de Fernando Aramburu, hecha por Félix Viscarret (Goya al guión adaptado) y lista también para disfrutar en casa, junto a los cortos de este debutante en la dirección con mucho por contar. Sus tres actores protagonistas, Alberto San Juan, Emma Suárez y Julián Villagrán, eran candidatos por sus interpretaciones, pero sólo San Juan, que ya optó al Goya con El otro lado de la cama, se alzó con el premio en un reparto de galardones que denota que en el cine español hay propuestas para todos los gustos.

Lo que es una pena es que no se den premios ex aequo porque, de lo contrario, Blanca Portillo y Maribel Verdú hubiesen compartido el Goya a la mejor actriz. Aún así, este año ya le tocaba a la que se había ido hasta cuatro veces de vacío de estas galas a pesar de sus trabajos en Amantes, La celestina, La buena estrella y El laberinto del fauno. Su otra compañera en Siete mesas (de billar francés), Amparo Baró, se alzó con el premio como mejor actriz de reparto, un análogo masculino que fue a parar al uno de los dos actores con posibilidades de Las 13 rosas: el veterano José Manuel Cervino. El otro premio pudo haber ido para la joven Nadia de Santiago, pero el Goya a la mejor actriz revelación pasó de largo por las aspiraciones de ella, de Bárbara Goenaga, por Oviedo Express, y de Gala Évora, por Lola, la película, y fue a parar a las manos de Manuela Velasco, que nos guió por el macabro edificio donde se ambienta [REC].

Las ausencias de Pudor, Mataharis y Oviedo Express en el reparto de premios; el Goya a la música de Las 13 rosas, el primero para una partitura compuesta por Roque Baños; el reconocimiento a la argentina Lucía Puenzo por su XXY; la (reconfortante) puesta de largo de los cortometrajistas; el momento de incertidumbre que nos hizo pasar Alfredo Landa al recoger su Goya de Honor... La noche del 3 de febrero de 2008, la de los Goya menos previsibles y, en cierto modo, más osados, será recordada por todos los que piensan que no todo es igual en el cine español.

Texto escrito por Daniel Galindo y publicado en LaNetro.com.

sábado, enero 19, 2008

Una ventana a Oriente Próximo

Hay una esquina del Mediterráneo en la que coexisten –que no conviven- tres culturas y muchos cineastas con un marcado sello personal, como los israelíes Eytan Fox y Amos Gitai y el palestino Elia Suleiman.

Un goteo limitado pero constante permite que, con cierta frecuencia, tengamos en las carteleras alguna película israelí y, con mucha suerte, alguna propuesta libanesa o palestina.

Lo que llega a España tiene calidad, ya que ha pasado los filtros de las distribuidoras y cosechado algún premio en festivales, pero la escasa promoción o el deseo de afrontar un mínimo riesgo por parte de los exhibidores hace que estas cintas se estrenen, si lo hacen, con mucho retraso. Va a ocurrir por ejemplo con dos producciones israelíes, Las medusas (Meduzot), proyectada en San Sebastián, La banda nos visita, vista en Valladolid, y uno de los éxitos del pasado Festival de Sevilla, La burbuja, la última propuesta de Eytan Fox, rodada hace dos años y aún pendiente de estreno.

Este joven cineasta, con dos películas más en su haber, Yossi & Jagger y Caminar sobre las aguas, se ha convertido en representante de la nueva hornada de cineasta exportables, aunque todavía está muy lejos de Amos Gitai, autor indispensable en las estanterías de los videoclubs más selectos de toda Europa. Su extensa filmografía, desde Alila hasta Kedma, pasando por Kadosh, Kippour, Zona libre y Tierra prometida, siempre invita a la reflexión y desde aquí la recomendamos a todo aquel que sienta un mínimo interés por la sociedad hebrea.

Tanto Gitai como Fox tocan de soslayo temas espinosos, los que hacen que esa región sea noticia a diario, pero exceptuando títulos como Paradise now, en el terreno de la ficción no siempre hay historias terribles, con el drama de la ocupación, el terrorismo o el exilio de fondo. Eso queda para el campo del documental, donde hay propuestas que nadie debería perderse, trabajos que ahondan en el conflicto israelo-palestino, como la mirada de siete niños al enfrentamiento entre pueblos en Promises, la crítica vertida en Checkpoint y Los niños de Arna, un trabajo de Guiliano Mer Khamis un ex miembro de las Fuerzas Especiales de Israel que aborda el drama de los refugiados en Yenin.

Otro cine es posible, aunque subsistan denominadores comunes como la necesidad de búsqueda, la pérdida de identidad, las diferencias sociales y políticas... La libanesa Nadine Labaki, directora de Caramel, da en la diana al hablar de la mayor parte de las películas libanesas, que tratan la convivencia entre religiones: "existe por nuestra parte una necesidad vital de hablar de la guerra, de profundizar en lo que ocurre... pero siempre es más enriquecedor dar una visión diferente o abordar otros enfoques, desde los problemas que afectan a todo el mundo". Y los cineastas que pueblan Oriente Próximo han encontrado un enfoque idóneo, sólo tienen que ciertos sectores les abran las puertas hacia el exterior.

Texto escrito por Daniel Galindo y publicado en LaNetro.com.

2008: Lo que viene

La previsión para 2008 apunta, como en el pasado año, corrientes de secuelas venidas del oeste y precipitaciones en forma de remakes. Se espera alguna que otra tormenta cinematográfica que dará que hablar, sin olvidar al fenómeno Indy.

Tom Cruise en la piel de un nazi (Valkiria), Roland Emmerich (Independence Day) dispuestos a sombrarnos con 10.000 a.C. y el desafio del creador de Perdidos, J.J. Abrams, al plantear la simiente de la saga Star Trek...

El nuevo año viene repleto de citas ineludibles, aunque llevamos casi 20 años esperando un encuentro que tendrá lugar en mayo: Indiana Jones regresa a las pantallas después de darlo casi todo en la última cruzada. Han pasado dos décadas y el héroe se ha hecho mayor. En esta ocasión a Harrison Ford no le acompañará su padre en la ficción, Sean Connery, pero tendrá que vérselas con Shia LaBeouf y Cate Blanchett en el Reino de la Calavera de Cristal. Otros maduros que vuelven son Silvestre Stallone, con John Rambo, y Pierce Brosnan, que dará el cante junto a Meryl Srteep en ¡Mamma Mía! Parece que el que tuvo licencia para matar ha superado el hecho de dejarle el esmoquin de James Bond a Daniel Craig, que prepara su segunda película como 007, con la que tendremos ya 22 piezas para coleccionar.

Los productores se relamen los dedos aseguran que son los estrenos más esperados de este año, pero además de estos hay otros que desde aquí queremos recomendar, caso del cine de autor de Won Kar-wai (My blueberry nights), Paul Haggis (En el valle de Elah), Woody Allen (Vicky Cristina Barcelona) y Francis Ford Coppola (Youth without you). Y entre los que rodarán, el irreverente Gus Van Sant, el inconformista Terrence Malik (La delgada línea roja, El nuevo mundo) y Lars Von Trier, que pretende cerrar su trilogía con EE.UU. en el punto de mira, después de Dogville y Manderlay.

Guillermo del Toro, concentrado en la segunda entrega de Hellboy, última los detalles de la versión hollywoodiense de El orfanato y otra mente inquieta, la de Tim Burton, se vislumbra en el horizonte: se apunta al carro de las adaptaciones con una muy personal de Alicia en el país de las maravillas y promete alargar su corto Frankeweenie, aunque lo próximo es una nueva historia de terror gótico. Se trata de Sweeny Todd y cuenta de nuevo con Johnny Depp, su actor fetiche, y su esposa, Helena Bonham Carter.

El verano será la época de las grandes producciones como Las crónicas de Narnia: El príncipe Caspián, con Alicia Borrachero en su reparto, y The dark knight, segunda oportunidad para ver a Christian Bale embutido en el traje de Batman y a Heath Ledger como Joker, intentando superar el listón impuesto por Jack Nicholson en 1989. Parece que al galés le va eso de rescatar sagas que parecían agotadas: Bale protagonizará el cuarto título de la saga Terminator, un episodio premonitorio de similares características al que devolvió a la palestra al hombre murciélago. Regresa Batman y con él algún que otro superhéroe, como Hulk, con Edward Norton bajo el músculo verde, e Iron Man, al que dará vida Robert Downey Jr. Por la pantalla grande pulularán dos agentes que se quedan en 'super' a secas, Superagente 86 y su compañera 99, papeles que han recaído en Steve Carell y Anne Hathaway.

En el terreno nacional, con vocación transfronteriza, Alejandro Amenábar anunciará proyecto y aseguran que lo llevará a cabo con Rachel Weisz (El jardinero fiel); Isabel Coixet estrenará Elegy, donde ha cambiado a Sarah Polley por Penélope Cruz; y la madrileña volverá a ponerse, por cuarta vez, en manos de Pedro Almodóvar, que comenzará a rodar Los abrazos rotos que recibirán, entre otros, Blanca Portillo y Lluís Homar.

También en casa Fernando Trueba adaptará una novela de Antonio Skármeta, El baile de la victoria; Daniel Sánchez Arévalo demostrará con Gordos que lo de AzulOscuroCasiNegro no fue flor de un día y Agustín Díaz Yanes regresará al cine más alejado de las grandes producciones. Lo hará con Sólo quiero caminar y en el proyecto se rodeará de cuatro de sus actrices favoritas: Ariadna Gil, Victoria Abril, Elena Anaya y Pilar López de Ayala.

El cine europeo se dejará ver en sus dos vertientes, la que aspira a hacer más taquilla, con títulos como la coproducción Astérix y los Juegos Olímpicos –nuestro chicos de tebeo, Mortadelo y Filemón, también volverán a las andadas-, y la faceta más intimista, de autor, con trabajos como Un mundo libre, de Ken Loach, El último tren a Auschwitz, de Vismaier y Vávrová, y 4 meses, 3 semanas y 2 días, con el que el rumano Cristian Mungiu se alzó con la Palma de Oro de Cannes y el Premio a Mejor Película del Cine Europeo. Y veremos curiosidades, como la libanesa Caramel, las israelíes La banda nos visita, Las medusas y La burbuja (del director de Caminar sobre las aguas), sin olvidar la versión estadounidense que el díscolo Michael Haneke hace de si mismo y su magistral Funny games.

Suculento material literario llegará al cine: la mítica serie de libros protagonizada por el pequeño Nicolás y El niño del pijama de rayas, uno de los últimos éxitos de ventas. La animación vendrá representada por dos títulos para niños y adultos, Horton, un elefante con la habilidad de hacerse preguntas existenciales, y Wall-E, acerca del último mini-robot de la Tierra programado para recoger basura y descontaminar nuestro planeta. Un nuevo obsequio de la factoría Pixar.

Y ya que estamos con cine de consumo casi estrictamente juvenil, no pasamos por alto lo nuevo de los hermanos Wachovski (Matrix), Speed Racer, o lo que es igual, actores como Christina Ricci, Matthew Fox (Perdidos) y Susan Sarandon al volante. También llegará la sexta entrega de Harry Potter y todos conoceremos al Príncipe Mestizo. Eso será en noviembre, hasta entonces queda aún mucho cine (nuevo) por ver.

Texto escrito por Daniel Galindo y publicado en LaNetro.com.

2007: Crónica de un año

La conquista de Estados Unidos por el cine español, la casi obligada necesidad de realizar nuevas adaptaciones y el paro indefinido de las mentes más creativas de Hollywood marcan el repaso de un año cargado de cine.

A los regresos esperados de Ang Lee (Deseo, peligro) y David Cronenberg (Promesas del este), se sumaron las sorpresas de dos adaptaciones de cómic, 300 y Persépolis, y los homenajes y las versiones remasterizadas de títulos ya clásicos que cumplían años: 25 en el caso de Blade Runner, Poltergeist y Víctor o Victoria y los 30 de La guerra de las galaxias y Encuentros en la tercera fase.

Ya que estamos con los años, en 2007 se celebraron los cien primeros de los nacimientos de John Wayne, Lawrence Olivier y Katharine Hepburn. En el año en que se cumplieron 30 años de la desaparición de Charles Chaplin, Charlot, nos dijeron adiós estrellas como Deborah Kerr, produtores como Carlo Ponti y dos creadores que nos tocan muy de cerca: Emma Penella y Fernando Fernán-Gómez.

El pasado fue el año de las secuelas: tuvimos tercera parte de Bourne, Piratas del Caribe y Spider-Man, cuarta entrega de La jungla de cristal (con el veterano Bruce Willis) y una quinta de Harry Potter. En esta aspecto 2008 no se quedará atrás: gracias al anuncio de dos rodaje comprobamos como Harrison Ford se hizo de nuevo con el látigo y su sombrero más característico con motivo de la cuarta entrega con las aventuras de Indiana Jones y Christian Bale se enfundó de nuevo en el traje de Batman en The dark knight, y ojo a un Joker interpretado por Heath Ledger.

Son dos de los estrenos más esperados del nuevo año, esos y el de Vicky Cristina Barcelona, la aventura española de Woody Allen, que desilusionó, y mucho, a los que esperaban una vuelta de tuerca al género de suspense con El sueño de Casandra, tercer punto del acuerdo suscrito entre el cineasta neoyorquino y la industria británica, protagonizado por Ewan McGregor y Colin Farell. Veremos si ha sabido sacarle partido a un reparto en el que figuran nombres como los de Scarlett Johansson, Penélope Cruz, Rebecca Hall y Javier Bardem.

El actor es uno de los que más han sonado en los últimos meses: fichaje estrella de Allen, a las órdenes de los Coen en No es país para viejos, candidato a casi una decena de premios, El amor en los tiempos del cólera también pendiente de estreno… Es el mejor ejemplo del empuje español al otro lado del Atlántico, el que se cuela a través de la veta abierta por la avanzadilla liderada por Antonio Banderas y Penélope Cruz.

Todavía sin el tirón de ellos pero con la esperanza de dejar una profunda huella también, en esa lista de preferidos están Juan Carlos Fresnadillo, que salvó la secuela de 28 días después, convirtiendo las jornadas en semanas, Maribel Verdú, requerida por Francis Ford Coppola para su proyecto argentino, Alicia Borrachero, a quien veremos en la segunda entrega de Las crónicas de Narnia, y Paz Vega, con tres películas en la nevera. Y no nos olvidamos del debut en el largo, allí, de españoles que hicieron sus primeros cortos aquí, como Luis Berdejo y Àlex Pastor.

Seguro que sus proyectos, ya en marcha, no se verán afectados por el mal de 2007: ha acabado el año y continúa la pertinaz sequía de argumentos originales acuciada por la huelga de guionistas en la meca del cine que sigue paralizando la puesta en marcha de proyectos de cine y televisión. Por no poder, los escritores son incapaces incluso de rumiar nuevas versiones de títulos, ya sean clásicos o de reciente factura en Europa y Asia: así este año hemos podido ver La ventana indiscreta, Invasión (ya saben, sobre seres extraterrestres que se apropian de nuestros cuerpos), Soy Leyenda y Sin reservas, casi calcada a la alemana Deliciosa Martha, y no desgranamos por falta de espacio la oleada de remakes de cintas orientales.

La falta de ideas no es la razón principal por la que en Hollywood están pendientes de la nueva cosecha de cine de terror y fantástico plantada por Juan Antonio Bayona y Sergio G. Sánchez (El orfanato), Jaime Balaguero y Paco Plaza ([REC]), Nacho Vigalondo (Los cronocrímenes), Gonzalo López-Gallego (El rey de la montaña) y Guillem Morales (El habitante incierto). Van camino de abrir brecha en el cine de autor de la misma forma que forma que lo hicieron en su día otros como Gonzalo Suárez (Oviedo Express), Julio Medem (Caótica Ana) y dos mujeres que concurrieron por la Concha de Oro en San Sebastián, Gracia Querejeta, con Siete mesas (de billar francés), e Iciar Bollaín, con Mataharis. Y esto es sólo un pequeño relato de lo que ha dado de sí 2007.

Texto escrito por Daniel Galindo y publicado en LaNetro.com.

Candidatos a los Goya 2007

El orfanato, Las 13 rosas, La soledad y Siete mesas (de billar francés), cuatro aspirantes al título de mejor película del año. Pero en el reino de los Goya hay una reina y muchos nobles, tantos como categorías, 27.

Parece que de cara a los XXII Premios Anuales de Cinematografía han querido apostar por el cine de autor de directores como Jaime Rosales (La soledad), Gracia Querejeta (Siete mesas...) e Icíar Bollaín (Mataharis) y la veteranía, respaldada por Emilio Martínez Lázaro (Las 13 rosas), Gonzalo Suárez (Oviedo Express) y Mario Camus (El prado de las estrellas), sin olvidar el empuje de los que llegan: Juan Antonio Bayona (El orfanato), Félix Viscarret (Bajo las estrellas), Tomás Fernández (La torre de Suso) y los hermanos David y Tristán Ulloa (Pudor).

Las candidaturas dan idea de la diversidad de la cosecha recogida en 2007 y nadie se ha llevado sorpresas: se esperaban las 14 opciones a premio conseguidas por el terror construido mano a mano entre Sergio G. Sánchez y Bayona -terror prefabricado según algunos, genial para otros- y el drama ‘rebajado’ de las jóvenes asesinadas en cuanto Franco se convirtió en dictador. Se preveía la presencia en ese listado privilegiado de los dramas urbanos de Querejeta y Bollain, dos cintas seleccionadas para el pasado Festival de San Sebastián. Más curiosa ha sido la inclusión de La soledad y Bajo las estrellas en ese sexteto, pero esa es una de las virtudes de estos galardones, la posibilidad de rescatar del olvido títulos interesantes que en su estreno en salas pasaron desapercibidos: ¿se acuerdan de Tesis?

Los Goya deparan sorpresas y curiosidades por partes iguales: el 3 de febrero de 2008 veremos por primera vez a dos mujeres acariciando el galardón a la mejor dirección, aunque Martínez-Lázaro y Rosales tienen las mismas oportunidades. Por cierto, no en todas las categorías son cuatro los aspirantes a premios, sino cinco, algo ocurre en el caso del premio a la mejor interpretación masculina de reparto, al que concurren Raúl Arévalo (Siete mesas), José Manuel Cervino (Las 13 rosas), Julián Villagrán (Bajo las estrellas), Emilio Gutiérrez Caba (La torre de Suso) y Carlos Larrañaga (Luz de domingo).

Ya que hablamos de actores, en la carrera por el Goya al mejor protagonista están Álvaro de Luna (El prado de las estrellas), Alberto San Juan, con muchas opciones por Bajo las estrellas y Tristán Ulloa, por Mataharis –que lo tendrá difícil para llevarse el Goya a la mejor dirección revelación, ya que ahí está un más que promocionado Bayona-. El cuarto actor es Alfredo Landa (Luz de domingo), que podría hacer doblete ya que, sin olvidar a Ricardo Navarrete que se alzará con el Premio Segundo de Chomón, es el único candidato que sabe que saldrá de la ceremonia con un Goya, el de honor.

En el terreno femenino la cosa estará entre Belén Rueda (segunda película y segundo Goya posible), Emma Suárez, rescatada en Bajo las estrellas, y los dos pilares de Siete mesas, Blanca Portillo y Maribel Verdú. Nuria González y María Vázquez, dos de las tres Mataharis (falta Nawja Nimri) harán frente a la larga experiencia (y su corta presencia en El orfanato) de Geraldine Chaplin y Amparo Baró (Siete mesas).

Entre los olvidados están los actores que integran los repartos de Pudor, La carta esférica y Lola, la película, con la excepción de Gala Évora, una interpretación inolvidable de Lola Flores que tiene como competidoras a Bárbara Goenaga (Oviedo Express), Nadia de Santiago (la única de las rosas con opción a premio) y Manuela Velasco (por sus gritos en [REC]), aunque otra Manuela, Vellés, no se ha salvado de la quema de Caótica Ana, de Julio Medem.

Concurrían 142 películas rodadas en cualquier idioma del estado. Son muchas pero pocas las elegidas por nuestros académicos, que este año no podrán elegir a la mejor película europea, aunque si verán como sus votos a los cortometrajes se convierten en protagonistas de una gala a la que hace unos meses sus organizadores habían negado la entrada. Y ahora ya saben qué toca: hacer quinielas, que hay tiempo.

Texto escrito por Daniel Galindo y publicado en LaNetro.com.

Los (deslucidos) Globos de Oro

La huelga de guionistas se ha cobrado su primera gran víctima mediática; una cita sin glamour que ha dejado un camino incierto hacia el Oscar, ya que ninguna película se llevó a casa más de un par de estatuillas.

En 65 años nunca se había suspendido una gala que, en los últimos tiempos, había cobrado fuerza y crédito, haciéndose con el espíritu crítico del que carece la entrega de los Oscar. Muy a su pesar, al de los que hacen caja desde las cadenas de televisión, el ir y venir de estrellas, el paseo de las mesas al escenario, se transformó en una pobre rueda de prensa donde los presentadores se limitaron a leer el palmarés.


'A dos, señores, a dos por barba'... Seguro que fue la frase más oída, castellanizada y algo exagerada por supuesto, en el mercadillo de los globos desinflados en que se convirtió la fiesta organizada por la Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood. Expiación. Más allá de la pasión, en la categoría de drama, y Sweeney Todd, el barbero diabólico de la calle Fleet, en la de comedia o musical, se consagraron como las mejores películas. Y aunque pocos lo aventuraron al final Julian Schnabel se impuso sobre Tim Burton, los hermanos Coen –no se fueron de vacío gracias al Globo de oro al mejor guión-, Paul Thomas Anderson y Ridley Scott. Schnabel se alzó con el galardón al mejor director por su trabajo en la francesa La escafandra y la mariposa, también elegida mejor película extranjera. No nos olvidamos de la animación, con Ratatouille como mejor película.


Cate Blanchett por dar vida a Bob Dylan, según Todd Haynes en I'm not here, fue galardonada con el premio a la mejor actriz secundaria. Ella optaba a otro Globo, en este caso por su trabajo en Elizabeth, en la categoría de protagonista en drama, pero la veteranía de Julie Christie se impuso y de esta forma se cumplieron todos los pronósticos que vaticinaban ese Globo de Oro para la protagonista de Lejos de ella. En el terreno masculino, Daniel Day-Lewis (Pozos de ambición) y Johnny Depp (Sweeney Todd) se hicieron con el galardón que reconoce al mejor actor en cada categoría.


Por su interpretación protagonista en un musical (o comedia), Edith Piaf en La vie en rose, la francesa Marion Cotillard ganó el premio que esperaban Helena Bonham Carter (Sweeney Todd) y Ellen Page (Juno). Como ya sabemos, desde que desayunamos el lunes con la noticia, la francesa no fue la única 'excepción' entre tanto anglosajón: con Javier Bardem cobró fuerza lo de que a la tercera... Después de ser candidato en dos ocasiones anteriores, en 2000 por Antes que anochezca y en 2005 por Mar adentro, fue reconocido con el ansiado premio por su interpretación en No es país para viejos. Quien no tuvo tanta suerte fue el otro español aspirante a un Globo de Oro en el apartado de banda sonora: Alberto Iglesias concurría por The Kite Runner –ya lo hizo con El jardinero fiel-, pero el galardón acabó en manos del italiano Darío Marianelli, compositor de la banda sonora de Expiación.


Habremos oído y leído mil veces que la ceremonia de entrega de los Globos de Oro es la antesala de los Oscar. Como sea así, ya pueden meterse prisa los organizadores del fiestón previsto para el 24 de febrero en el Teatro Kodak de Los Ángeles porque amenaza tormenta y poco sitio hay para resguardarse. Eso sí, Bardem va con chubasquero dispuesto a lograr el primer Oscar para un actor español, a resarcir el feo que le hicieron el año pasado a Penélope Cruz, que se quedó sin el suyo por Volver.

Texto escrito por Daniel Galindo y publicado en LaNetro.com.